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Los errores silenciosos que arruinan tu carro y cómo evitarlos

Hay cosas que dañan un carro poco a poco, sin ruidos, sin humo, sin explosiones. Simplemente un día el motor se apaga para no volver a encender. La mayoría de los dueños no lo ven venir, pero los mecánicos sí: son errores pequeños, repetidos, casi invisibles… pero que terminan costando millones. Hoy quiero hablar de esas fallas que, sin darnos cuenta, están reduciendo la vida útil de nuestro vehículo. No son mitos ni exageraciones. Están documentadas por expertos y respaldadas por cifras. Y lo más importante: todas pueden evitarse. Ignorar lo básico: el mantenimiento preventivo El aceite, los filtros, los niveles de refrigerante, el líquido de frenos… Parece simple, ¿cierto? Pero según talleres certificados en Colombia y datos de HowStuffWorks, una gran parte de las visitas por fallas graves se deben a falta de revisión básica. No hacerle mantenimiento regular al carro es como no cepillarse los dientes y esperar no tener caries. Puede que no se note al comienzo, pero el daño se acumula. Y cuando aparece, suele ser serio. Saltarse el cambio de aceite Pocas cosas dañan más un motor que dejar pasar el cambio de aceite. Muchos creen que si el carro “no suena raro”, todo está bien. Pero el aceite viejo deja de proteger, se espesa, acumula sedimentos… y eso va desgastando el motor en silencio. Agencias como AAA recomiendan no superar los 7.500 kilómetros entre cambios, y menos aún si el vehículo es usado o anda en ciudad. Además, prácticas como mezclar aceite nuevo con viejo o llenar por encima del nivel recomendado también causan daños. Conducir con alertas o luces fundidas Una luz encendida en el tablero no es un adorno. Si el “check engine” aparece, es porque algo no anda bien. Ignorarlo puede llevarte a problemas eléctricos o mecánicos mayores. Lo mismo pasa con luces exteriores: manejarlas fundidas, además de ilegal, es riesgoso y puede afectar la visibilidad y los sensores del vehículo. Neumáticos: más allá del dibujo Una llanta mal inflada o desgastada en un solo lado no solo afecta la conducción. También daña partes como la suspensión, los sensores ABS o el sistema de dirección. Algunos talleres reportan que incluso puede comprometer el diferencial en vehículos 4×4, algo costoso y complejo de reparar. Malos hábitos al encender o apagar el carro Acelerar el motor en frío, no dejarlo calentar, o apagarlo justo después de un recorrido largo… son gestos que parecieran inofensivos. Pero cada uno acorta la vida útil del motor. Al principio no se nota. Luego sí. Limpiar el motor sin cuidado Sí, un motor limpio luce bien. Pero si lo haces con hidrolavadora sin cubrir componentes eléctricos, puedes generar cortos o afectar sensores delicados. Lo recomendable es usar baja presión y proteger zonas sensibles. No detectar problemas internos a tiempo Estudios en Estados Unidos revelan que el 35 % de los accidentes por fallas mecánicas se deben a problemas con neumáticos, y el 22 % a frenos. Muchos de estos casos pudieron evitarse con inspecciones básicas. Lo mismo aplica con bujías, correas, combustible contaminado o sobrecalentamiento: son fallas internas que no siempre se “ven” pero que están ahí, creciendo. La diferencia está en lo que haces No necesitas ser mecánico para cuidar tu carro. Basta con estar atento, seguir las recomendaciones del fabricante y, sobre todo, no ignorar señales por pequeñas que parezcan. Muchos de estos errores no son por mal uso, sino por falta de información o exceso de confianza. Pero hoy, con la cantidad de herramientas disponibles y plataformas que facilitan revisar el estado de tu vehículo o conectarte con talleres confiables, no hay excusa para descuidarlo. Conducir un vehículo en buen estado es más que una responsabilidad: es una forma de cuidarte, cuidar a los tuyos y proteger tu inversión. Porque los errores más caros no siempre hacen ruido. A veces solo esperan a que los ignores.

¿Cuándo cambiar las llantas del carro? El detalle que muchos dejan pasar

Cambiar las llantas no suele estar en el top de prioridades cuando pensamos en el mantenimiento de un carro. Sin embargo, dejar pasar este detalle puede ser más costoso —y riesgoso— de lo que parece. ¿El problema? Muchos conductores esperan a que las llantas “se vean desgastadas” o “ya no agarren igual”, cuando lo cierto es que hay señales claras y medibles que nos pueden advertir a tiempo. En este artículo te comparto lo que he aprendido —como conductor y redactor— sobre cuándo es realmente momento de hacer ese cambio, y por qué hacerlo a tiempo puede marcar la diferencia entre manejar tranquilo o poner en juego tu seguridad (y tu bolsillo). No todo está en el dibujo (pero sí mucho) Uno de los principales indicadores para saber si una llanta necesita reemplazo es la profundidad de la banda de rodamiento. En Colombia, el mínimo legal es de 1,6 mm. Pero esperar a llegar a ese punto puede ser arriesgado. De hecho, expertos como AAA recomiendan cambiar las llantas cuando alcanzan los 3 mm, ya que desde ahí el frenado en suelo mojado se vuelve más largo y menos seguro. Hay métodos muy simples para medir esto: desde usar un medidor específico, hasta la conocida técnica de la moneda. El punto clave es entender que una llanta puede parecer en buen estado, pero si su dibujo está por debajo del nivel recomendado, ya no ofrece el agarre que debería. El desgaste habla (y a veces grita) No todos los desgastes son iguales. Si una llanta se está comiendo más por un lado que por otro, o si muestra bordes irregulares o con textura de “sierra”, algo anda mal. A veces es alineación, a veces es presión, otras puede ser la suspensión. Ignorar estos detalles no solo acorta la vida útil de las llantas: compromete la estabilidad del vehículo. Y si notas que el carro vibra más de lo normal en carretera, podría ser señal de desbalanceo… o peor, de daños internos. No hay que esperar a un reventón para reaccionar. La edad también importa Una llanta, aunque no se use mucho, se deteriora con el tiempo. La mayoría de fabricantes recomiendan cambiarla después de cinco o seis años, independientemente del estado del dibujo. ¿Por qué? Porque el caucho se endurece, pierde flexibilidad y se vuelve más propenso a fallar. En muchos vehículos de uso ocasional o con kilometrajes bajos, este detalle pasa desapercibido. Pero la degradación del material es inevitable y silenciosa. Revisar la fecha de fabricación (impresa en el costado de la llanta) debería ser parte de tu rutina básica. Los números también cuentan En condiciones normales, una llanta debería durar entre 40.000 y 60.000 kilómetros. Pero si conduces en ciudad con muchos huecos, cargas peso o no haces rotación, esa vida útil puede reducirse a la mitad. Algunos autos, como los eléctricos o SUV pesados, también consumen llanta más rápido por el torque o el peso. Por eso, no basta con “verlas bien”. Cada carro y cada conductor tienen su propio ritmo de desgaste. Llevar un registro de kilometraje entre cambios es una forma simple de anticiparte. Un cambio a tiempo puede evitar un accidente Revisar regularmente el estado de las llantas —al menos una vez al mes o cada 5.000 km— debería ser tan común como verificar el aceite. Y si vas a viajar, es obligatorio. Lo digo porque, con frecuencia, damos por hecho que “si el carro anda, todo está bien”. Pero las llantas son el único punto de contacto entre el vehículo y el suelo. Ignorarlas puede costarte más que dinero. Y si vas a vender tu carro… Un juego de llantas en buen estado puede aumentar el valor percibido de tu vehículo. Muchos compradores lo asocian con cuidado y buen mantenimiento general. Si estás considerando vender, renovar las llantas o mostrar su estado con fotos claras puede ayudarte a destacar frente a otros anuncios. En espacios como La Guía Vehículos, donde la competencia es alta y el comprador compara en segundos, ese tipo de detalles hacen que tu publicación sobresalga. Cuidar las llantas no es un lujo, es una forma de conducir mejor Cambiar las llantas a tiempo no solo evita multas o imprevistos mecánicos: te da seguridad, estabilidad y confianza al volante. No se trata de gastar antes de tiempo, sino de saber cuándo toca. Escuchar los ruidos, ver los desgastes, prestar atención a los kilómetros recorridos… todo habla. Porque a veces, el mejor seguro no está en la póliza, sino en lo que ruedas cada día. Y si sabes cuándo actuar, manejar deja de ser solo moverse: se vuelve una experiencia mucho más tranquila, segura y duradera.

¿Qué Hace que una Publicación de Auto Destaque?

Vender un carro por internet puede parecer simple: se toman unas fotos, se escribe una breve descripción y se publica en una plataforma. Pero con la cantidad de opciones que hay disponibles en línea, destacar se ha vuelto un verdadero reto. Hoy, no basta con ofrecer un buen carro. Hay que saber mostrarlo, describirlo y, sobre todo, transmitir confianza desde el primer segundo. Al observar cientos de publicaciones y analizar el comportamiento de los compradores, queda claro que quienes logran vender más rápido no necesariamente tienen el mejor carro… sino la mejor presentación. Las fotos sí venden Este es uno de los elementos que más impacto tiene y también uno de los más subestimados. Según MotorK, el 93 % de los compradores considera que las fotos influyen directamente en su decisión. Y no se trata solo de tomar “muchas”, sino de hacerlo bien. Una buena sesión de fotos incluye tomas desde diferentes ángulos: exterior, interior, motor, baúl y detalles como el tablero o el kilometraje. Además, usar luz natural (evitando sombras duras o reflejos) y un entorno limpio puede marcar una gran diferencia visual. El objetivo no es solo mostrar, sino hacer que el carro inspire confianza. El título es tu primera oportunida Títulos genéricos como “Vendo carro” o “Oportunidad” pasan desapercibidos. En cambio, un título claro como “Chevrolet Onix 2020 Automático – Excelente estado y único dueño” comunica información relevante desde el inicio. Escribir un buen título es pensar como comprador: ¿qué quiero saber antes de abrir el anuncio? La descripción Una descripción vaga o demasiado técnica no conecta. Lo ideal es hablar con naturalidad, ser claro y honesto. ¿Qué tal ha sido el carro? ¿Cuáles son sus puntos fuertes? ¿Qué mantenimientos se han hecho recientemente? ¿Por qué se vende? Incluir esta información no solo responde dudas comunes, sino que transmite transparencia, un valor cada vez más importante en las transacciones online. Mantenimiento y detalle Este punto merece una mención aparte. Muchos compradores están dispuestos a pagar más por un vehículo que tenga un historial de mantenimiento claro. Mencionar que se ha hecho la revisión técnico-mecánica, que tiene llantas nuevas, batería reciente o que siempre se ha llevado a taller autorizado, genera un impacto positivo inmediato. Además, mostrar esos detalles con fotos —como el libro de revisiones, el último recibo del cambio de aceite o el estado actual de las llantas— refuerza la credibilidad del anuncio. Si hay algo por reparar, también es válido mencionarlo. Los compradores valoran mucho más la honestidad que una falsa sensación de perfección. ¿Y el precio? Muchos fijan el precio con base en lo que pagaron hace años, y no en lo que realmente vale hoy el carro. La mejor forma de establecer un precio competitivo es consultar publicaciones similares en la misma ciudad, revisar libros de precios actualizados o usar herramientas de valoración online. Dejar un pequeño margen para negociar también puede atraer más interesados. La clave está en que el precio comunique que hay una buena oportunidad, sin dejar de ser coherente con el mercado. Visibilidad y agilidad Por último, una buena publicación debe estar activa y bien posicionada. Actualizarla, compartirla en redes, y responder rápido a los mensajes puede marcar la diferencia entre cerrar una venta o perder al comprador. En este punto, vale la pena considerar dónde estás publicando. Existen plataformas como La Guía Vehículos que están pensadas para conectar de manera directa al vendedor con el comprador, sin comisiones y con herramientas que priorizan publicaciones completas, visuales y confiables. Y eso, para quien quiere destacar, es un atajo importante. Publicar bien es vender mejor No importa si el carro es nuevo, usado o con algunos kilómetros encima. Lo que marca la diferencia es cómo lo presentas. Fotos de calidad, una descripción clara, mantenimiento documentado y un precio justo no solo hacen que el anuncio destaque, sino que te posicionan como un vendedor confiable. Porque en un mercado tan saturado como el de los autos usados, vender bien no es solo cuestión de suerte. Es cuestión de saber comunicar el valor real del vehículo. Y eso empieza —sin excepción— por cómo lo publicas.

¿Conviene comprar carro nuevo o usado en 2025?

Comprar carro en Colombia no es simplemente elegir entre marcas, modelos o colores. En 2025, esta decisión representa una verdadera estrategia financiera. ¿Conviene más adquirir un vehículo nuevo o uno usado? No hay una única respuesta correcta, pero sí muchos factores clave que deberías considerar antes de firmar. Este artículo busca ofrecerte una mirada clara y útil sobre este dilema, basándonos en datos actuales, cifras confiables y el comportamiento real del mercado automotor colombiano. 1. El factor más importante: la depreciación Uno de los argumentos más sólidos para pensar dos veces antes de comprar un carro nuevo es la depreciación. Según LendingTree, un vehículo nuevo pierde entre un 20 % y un 30 % de su valor en el primer año. A los cinco años, esa cifra puede llegar al 60 %. Esto significa que si compras un carro por 120 millones de pesos, podrías perder hasta 36 millones en valor solo en el primer año. En cambio, los vehículos usados —especialmente los de entre tres y cinco años de uso— ya pasaron por esa pérdida acelerada. Su depreciación anual se reduce a aproximadamente un 10 % o 15 %, lo que les permite conservar mejor su valor si se mantienen en buen estado. 2. El contexto colombiano: un mercado en movimiento El panorama local también influye. Según BBVA Research, las ventas de vehículos en Colombia crecieron un 7,9 % en 2024, mientras que datos de Focus2Move revelan un incremento del 23,1 % en lo que va de 2025. Esto demuestra un mercado activo tanto para nuevos como para usados. Además, se estima que el mercado global de autos usados crezca un 5,7 % anual. En Colombia, marcas como Renault, Toyota y Kia tienen una alta rotación y buena retención de valor, lo que hace que comprar un vehículo de segunda sea cada vez más atractivo, especialmente si se busca eficiencia y buena reventa. 3. Costos totales: lo que realmente afecta tu bolsillo Comprar un carro no es solo pagar el precio inicial. En 2025, un carro nuevo tiene un valor promedio de 49.000 dólares, mientras que uno usado bien mantenido ronda los 25.500 dólares, según cifras de Caredge. También se deben considerar las tasas de interés. Mientras que un vehículo nuevo puede acceder a un crédito del 9 % APR, los usados suelen tener tasas más elevadas, llegando al 14 % APR. Esto impacta directamente en la cuota mensual: un carro nuevo puede implicar pagos de hasta 741 dólares al mes, frente a 550 dólares por uno usado. A esto se suman otros factores: los impuestos, el seguro y los costos de matrícula suelen ser más bajos en un carro usado. 4. Tecnología y garantía: lo que ofrecen los modelos nuevos Los carros nuevos incorporan tecnologías que ya no son un lujo, sino una expectativa: asistencia de conducción, sensores de punto ciego, cámaras 360 y conectividad total. Además, cuentan con garantía completa del fabricante, lo que brinda seguridad frente a posibles fallas mecánicas. Ahora bien, muchos vehículos seminuevos —especialmente aquellos de marcas reconocidas— aún conservan parte de esa garantía, y si han sido bien mantenidos, pueden ofrecer una experiencia muy similar por un precio considerablemente menor. 5. ¿Qué deberías tener en cuenta para decidir? Antes de elegir entre carro nuevo o usado, vale la pena hacer una evaluación realista: Hoy más que nunca, contar con herramientas que faciliten esa comparación hace la diferencia. Explorar plataformas donde puedas conectarte directamente con vendedores, sin costos ocultos y con la posibilidad de comparar distintas ofertas, puede ahorrarte tiempo y dinero. Y si además encuentras todo reunido en un solo lugar, la búsqueda se vuelve más sencilla y transparente. Una decisión que va más allá del precio En 2025, tanto el carro nuevo como el usado ofrecen ventajas si sabes exactamente lo que estás buscando. Estrenar puede darte tranquilidad, tecnología y garantía. Pero optar por un usado bien evaluado puede darte libertad financiera, menor depreciación y un mejor rendimiento de tu inversión. La clave está en tener claro tu objetivo, investigar con calma y tomar una decisión alineada con tu bolsillo y tus necesidades. Porque al final, más allá de lo que diga la ficha técnica, el mejor carro será siempre el que puedas disfrutar con seguridad, confianza y tranquilidad. Y si en el camino cuentas con una guía confiable que te ayude a encontrar ese vehículo ideal, mucho mejor.

¿Qué Revela el Sonido de tu Auto? Aprende a Identificar Fallas a Través del Ruido

Prestar atención a los sonidos que emite tu auto puede marcar la diferencia entre una reparación temprana y una avería grave. Los ruidos extraños —como chillidos, golpes o zumbidos— no solo son molestos, sino que a menudo son indicadores de problemas mecánicos que podrían empeorar con el tiempo. Aquí te explico cómo identificar los más comunes y por qué hacerlo a tiempo es crucial. Silbidos bajo el capó o al acelerar Un silbido agudo al encender o acelerar puede indicar fugas de presión en sistemas como el de vacío o refrigeración. Nationwide explica que escuchar este sonido —especialmente al apagar el motor— suele ser señal de una fuga en mangueras o juntas, lo que puede afectar el rendimiento del motor Chirridos o rechinidos al frenar Cuando escuchas un sonido metálico al pisar el freno, es probable que las pastillas estén desgastadas y los discos se estén rascando. Virginia Tire & Auto advierte que ignorar este ruido puede comprometer la potencia de frenado y requerir reemplazo de componentes más caros Zumbidos o sonidos bajos al rodar Un zumbido constante al acelerar suele estar relacionado con problemas de rodamientos, diferencial o transmisión. Nationwide señala que un sonido continuado, especialmente al cambiar de velocidad, puede ser indicio de rodamientos en mal estado o falta de lubricación en el diferencial Golpes o “clunk” en baches Al pasar por lomos de burro o caminos irregulares, un golpe seco puede indicar suspensión dañada. Nationwide describe que este ruido a menudo señala elementos desgastados como amortiguadores, bujes o rótulas, y advierte del impacto negativo en la estabilidad del vehículo . Click al girar la dirección Un clic o crujido al doblar puede revelar problemas en las juntas homocinéticas (CV). NAPA CV Axles explica que este sonido indica desgaste en la junta externa, y recomienda verificarlo girando el volante y encendiendo el auto para detectar si emerge al doblar Chirridos al encender o acelerar el motor Explicado por AutorepairIndy, un chirrido o chillido en la parte frontal del motor suele apuntar a correas desalineadas o tensas, como la serpentina o de distribución Tic-tac o golpeteo leve dentro del motor Un sonido continuo similar a tic-tac podría ser indicativo de baja presión de aceite o desgaste en las válvulas. El estudio OtoMechanic ya validaba este tipo de ruidos como señales tempranas de daño y recomienda escucharlos como parte de un diagnóstico preventivo ¿Por qué es importante identificar estos sonidos pronto? Atender ruidos inusuales a tiempo puede ahorrar hasta un 50 % en reparaciones, según estudios del sector automotriz. Ignorar señales tempranas puede agravar el daño y llevar a reparaciones mayores, como cambio de motor o transmisión entera. Herramientas avanzadas, como la plataforma OtoMechanic, permiten a cualquier conductor comparar sonidos de su auto con una base de datos especializada, mejorando el diagnóstico individual con inteligencia artificial Escucha tu auto con atención: cada ruido extraño es una señal que merece análisis. Llevarlo a revisión con un mecánico de confianza ante la menor sospecha puede evitar sorpresas y gastos mayores. Tu vehículo puede hablar; solo hay que saber escuchar.

5 consejos para vender tu moto rápido y al mejor precio

Vender una moto no tiene por qué convertirse en un proceso largo, frustrante o lleno de complicaciones. Pero si queremos hacerlo de forma ágil y sin perder valor en el camino, hay que pensar más allá de simplemente “publicar un anuncio y esperar”. Hoy en día, los compradores son más exigentes, comparan opciones y toman decisiones basadas en detalles. Y ahí es donde muchos vendedores se quedan cortos. Con un enfoque claro, realista y ordenado, podés hacer que tu moto destaque, generar interés genuino y concretar la venta en menos tiempo del que imaginás. Estos cinco consejos están pensados justamente para eso: ayudarte a vender bien, sin regalar tu vehículo ni perder oportunidades valiosas. 1. Una buena presentación hace la diferencia Es sorprendente cómo muchos anuncios se caen antes de empezar solo por la forma en que se presenta la moto. Si querés vender bien, tu moto tiene que hablar bien de vos. Eso empieza con algo básico: que esté limpia y bien cuidada. No estamos hablando solo de estética. Una moto que se ve ordenada, con llantas limpias, plásticos brillantes y sin detalles descuidados transmite un mensaje muy claro: está en buenas manos. Eso, para el comprador, vale tanto como una ficha técnica. También es clave revisar luces, frenos, neumáticos y nivel de aceite. No hace falta que esté impecable, pero sí que se note que te importó. 2. Un precio justo atrae mejores oportunidades Uno de los errores más comunes es fijar un precio demasiado alto con la idea de “negociar después”. Pero lo que muchas veces pasa es que el anuncio ni siquiera recibe visitas. Otras veces, se pierde en plataformas llenas de ofertas más atractivas. El precio debe ser realista y competitivo. Compará motos similares, analizá el estado de la tuya, y definí un valor que sea justo, pero no exagerado. Si realmente está mejor que el promedio, podés destacarlo, pero siempre dentro de un rango razonable. Recordá: un precio acertado genera más movimiento y te permite elegir a quién vendérsela, no al revés. 3. Tu anuncio es tu carta de presentación En el mundo digital, una foto vale más que mil palabras. Y en este caso, también puede valer varios llamados. Las imágenes tienen que ser claras, tomadas con buena luz y desde distintos ángulos. Mostrá la moto entera, pero también detalles: el tablero, el motor, el asiento, los neumáticos. Todo suma. La descripción debe ser clara, directa y honesta. Contá cuántos kilómetros tiene, si fue usada en ciudad o ruta, qué mantenimientos tiene al día, y cualquier otro detalle relevante. No hace falta exagerar, solo ser transparente. Eso genera confianza, y sin confianza no hay venta posible. 4. Elegí bien dónde y cómo publicarla No todas las plataformas funcionan igual. Algunas tienen más tráfico de compradores reales, otras están saturadas de publicaciones que se pierden entre miles. Es clave publicar en sitios especializados en vehículos y aprovechar grupos de redes sociales que realmente se muevan. Además, cuidá cómo respondés a los interesados. Un mensaje claro, amable y directo es mucho más efectivo que una respuesta fría o impersonal. Y siempre es recomendable mantener la comunicación dentro de canales seguros, evitando datos sensibles o métodos de pago dudosos. 5. La documentación en regla es tu mejor garantía Por más perfecta que esté la moto, si los papeles no están en orden, la venta se complica. Muchos compradores dan marcha atrás apenas sospechan que hay algo que puede demorar el trámite. Tener el título, los impuestos al día, la revisión técnica (si aplica) y cualquier otro documento disponible agiliza todo y demuestra seriedad. Además, te posiciona por encima de otros vendedores que aún están “averiguando qué falta”. Vender bien también es cuidar tu reputación Vender tu moto no es solo cerrar un trato. Es también dejar una buena impresión como vendedor y hacer que el proceso sea cómodo tanto para vos como para quien compra. Eso se logra con claridad, orden y una actitud abierta. En La Guía de Vehículos, creemos que las mejores ventas no son las más rápidas, sino las mejor preparadas. Si aplicás estos cinco consejos, no solo vas a vender tu moto, sino que probablemente lo hagas con mejores resultados de los que esperabas. ¿Estás por poner tu moto a la venta? Te acompañamos en el proceso para que sea simple, seguro y justo.

¿Cómo proteger tu auto de robos? Métodos modernos vs. tradicionales

Proteger un auto va mucho más allá de activar una alarma o cerrar bien las puertas. Hoy, los ladrones tienen herramientas más sofisticadas y conocen al detalle los descuidos comunes. Pero la buena noticia es que también nosotros, como propietarios, tenemos más recursos que nunca para evitar convertirnos en una víctima. En este artículo te comparto una mirada crítica y útil sobre los métodos tradicionales y modernos para proteger tu vehículo. Spoiler: no hay una fórmula mágica, pero sí hay estrategias inteligentes que, combinadas, reducen drásticamente los riesgos. Cerrarlo bien Puede sonar obvio, pero no lo es. Una parte importante de los robos de autos ocurre porque alguien dejó las puertas sin seguro, las ventanas abiertas o las llaves dentro. Es un error común y demasiado costoso. Un buen hábito comienza con revisar manualmente cada cierre. No confíes ciegamente en que el mando lo hizo por ti. Tampoco dejes objetos a la vista: una mochila en el asiento ya es razón suficiente para tentar a quien busca oportunidades rápidas. Si tienes que dejar algo, que no se vea. Estacionar bien El lugar donde dejas tu auto es casi tan importante como cualquier sistema antirrobo. ¿Cuántas veces aparcamos pensando en la sombra o en lo cerca que está de la puerta, sin considerar si es un sitio visible o transitado? La recomendación es sencilla: busca lugares bien iluminados, con cámaras si es posible, y evita zonas solitarias o sin actividad comercial. Si tienes la opción, un garaje vigilado o con control de acceso sigue siendo una inversión en tranquilidad. Dispositivos clásicos que siguen dando resultados Muchos piensan que las barras de seguridad para el volante o el freno son cosas del pasado. Pero su efectividad está más que comprobada. No es que impidan el robo por completo, pero sí lo complican. Y en esta lógica, cuanto más difícil se lo pongas al ladrón, menos atractivo será tu auto como objetivo. Sumado a eso, grabar los vidrios con el número de serie del vehículo o colocar calcomanías visibles con advertencias de seguridad también ayuda. Es un mensaje claro: este vehículo no es fácil de robar ni de revender. Tecnología al volante Hoy, proteger un auto va también de saber usar la tecnología a tu favor. El GPS es uno de los aliados más eficaces: permite rastrear el vehículo en tiempo real si es sustraído, crear zonas seguras (geovallas) que te alertan si se mueve sin permiso, e incluso compartir la ubicación con la policía. A esto se suma la nueva generación de alarmas inteligentes. Ya no se trata solo de un sonido estridente. Ahora puedes recibir notificaciones en tu celular, ver lo que ocurre a través de cámaras integradas y reaccionar con rapidez. El nuevo enemigo Muchos autos actuales funcionan con sistemas keyless, es decir, sin necesidad de insertar una llave. Pero esa comodidad tiene un costo. Los delincuentes han aprendido a capturar la señal del mando con dispositivos que la amplifican, permitiéndoles abrir el auto sin forzarlo. La solución es más sencilla de lo que parece: usar una funda de bloqueo de señal (como una bolsa Faraday) o simplemente guardar el mando lejos de puertas y ventanas. También existen cajas metálicas que bloquean las ondas cuando no estás usando el auto. Inmovilizadores: si no lo puede encender, no se lo lleva Los inmovilizadores electrónicos son dispositivos que impiden que el motor arranque si no se detecta el código correcto en la llave. La mayoría de los autos nuevos ya los incorpora, pero si el tuyo no lo tiene, vale la pena instalar uno. Este tipo de tecnología no se ve, pero marca una gran diferencia. Incluso si el ladrón logra entrar, no podrá llevarse el vehículo sin el código. Buenos hábitos que suman más de lo que parece No todo se trata de tecnología o equipos. Tus rutinas también influyen. Evitá dejar el vehículo siempre en el mismo lugar, a la misma hora. Cambiar esos patrones reduce el riesgo de que alguien observe y planee un robo con anticipación. Y nunca —nunca— dejes documentos personales, facturas con tu dirección o llaves de repuesto en la guantera. Un robo no termina con la pérdida del auto; también puede abrir la puerta a un robo en casa o fraudes con tu identidad. El seguro Tener un seguro con cobertura contra robo total o parcial no evita que el robo ocurra, pero sí reduce el impacto que puede tener en tu economía. Además, muchas aseguradoras premian la instalación de dispositivos de seguridad con descuentos en la prima. Vale la pena revisar la póliza que tenés, entender bien qué cubre y, si es necesario, actualizarla. Porque la prevención es clave, pero la recuperación también lo es. Prevención ante todo Proteger tu auto no significa vivir con miedo, sino actuar con inteligencia. Los métodos tradicionales siguen funcionando y son accesibles, mientras que la tecnología te permite anticiparte y responder con eficacia. Lo mejor de todo es que no tenés que elegir entre uno u otro. La verdadera seguridad está en combinar lo básico con lo avanzado, lo visible con lo discreto, y los buenos hábitos con soluciones tecnológicas. Porque al final, tu tranquilidad y la de quienes te acompañan no tiene precio.

¿Qué factores aceleran la depreciación de un vehículo?

Más allá del paso del tiempo Hablar de depreciación puede sonar técnico, pero es un tema que afecta directamente a cualquier persona que tenga o quiera comprar un auto. Desde que el vehículo sale del concesionario, comienza a perder valor. ¿La buena noticia? Aunque no se puede evitar, sí podemos tomar decisiones que ayuden a reducir ese impacto. En este artículo te comparto los factores que más aceleran la pérdida de valor de un carro, con datos actuales y explicados de manera clara para que puedas cuidar mejor tu inversión. 1. La edad del vehículo El paso del tiempo es, quizás, el factor más evidente. Según State Farm, un auto nuevo pierde en promedio un 20% de su valor solo en el primer año, y entre un 15% y un 25% adicional cada año durante los primeros cinco. En resumen, al llegar a ese quinto año, tu carro puede haber perdido más del 60% de su valor original. Esto no quiere decir que comprar un carro nuevo sea una mala decisión, pero sí que conviene entender cómo funciona esta caída para anticipar mejor cuándo y cómo revenderlo. 2. Kilometraje No se trata solo de los años: cuánto lo usas también importa. En Colombia, un auto recorre en promedio unos 20.000 kilómetros por año. Si superas esa cifra, el carro probablemente se deprecie más rápido. ¿Por qué? Porque un mayor recorrido implica más desgaste del motor, la transmisión, las llantas y otros sistemas importantes. Incluso si el auto está bien mantenido, el kilometraje es una de las primeras cosas que revisa un comprador de segunda mano. 3. Condiciones de us No es lo mismo conducir en vías pavimentadas y abiertas que en calles mal asfaltadas, con tráfico pesado o en climas extremos. El entorno afecta directamente el desgaste del vehículo. Según el blog de Solistica, conducir en zonas urbanas con paradas frecuentes o en regiones con muchas lluvias acelera el deterioro de frenos, suspensión, y puede generar corrosión. Todo eso impacta negativamente su valor. 4. Mantenimiento y reparacione Tener al día el mantenimiento preventivo del carro no solo mejora su desempeño, también protege su valor. De hecho, Autofact afirma que un vehículo con historial de mantenimiento documentado puede depreciarse hasta 10% menos que uno descuidado. Cambios de aceite, revisiones mecánicas periódicas y reparaciones oportunas son señales de cuidado. Si además puedes respaldarlo con facturas y registros, mucho mejor. 5. Daños por accidentes Aunque un auto haya sido reparado luego de un accidente, el solo hecho de tener un historial de choque puede devaluarlo hasta un 30%, según Autofact. ¿La razón? Muchos compradores temen que existan fallas estructurales ocultas, o que los arreglos no hayan sido bien realizados. Ser transparente al respecto puede ayudarte, pero lo ideal es evitar incidentes graves siempre que sea posible. 6. Número de propietarios anteriores Un carro que ha pasado por muchas manos despierta sospechas. Se asume —con o sin razón— que ha sido maltratado o que tiene defectos ocultos. Por eso, los vehículos con único dueño suelen conservar mejor su valor, y los compradores están más dispuestos a pagar un poco más por ellos. 7. Marca y model No todos los autos se deprecian igual. Modelos de marcas reconocidas por su durabilidad, como Toyota o Honda, pierden valor más lentamente. Carroya señala que los modelos con alta demanda en el mercado de segunda mano tienden a resistir mejor la depreciación, ya que hay más interés en ellos y sus repuestos son más fáciles de conseguir. 8. Disponibilidad y costo de repuestos La facilidad para encontrar repuestos influye mucho. Autos cuyas partes son costosas o difíciles de conseguir pierden valor rápidamente, porque los costos de mantenimiento son más altos. Esto es común en vehículos importados o de marcas poco conocidas en el país. Carroya también advierte sobre este punto como un factor clave en la decisión de compra o reventa. 9. Consumo de combustible En tiempos donde el precio del combustible sigue siendo una preocupación para muchos, los autos con alto consumo tienden a depreciarse más. ElPerito.com resalta que los compradores valoran cada vez más los vehículos eficientes, ya que representan menores costos operativos a largo plazo. Y eso se traduce en mejor precio de reventa. 10. Estética y color Aunque parezca un detalle menor, el color del auto puede afectar su valor. Tonos como blanco, gris o negro tienen mayor demanda, mientras que colores llamativos o personalizados pueden limitar el número de compradores interesados. Además, el estado general del interior y la pintura también influye. Un carro bien cuidado visualmente genera mejor impresión y puede mantenerse competitivo en el mercado. La depreciación es parte natural del ciclo de vida de un vehículo. Pero conocer los factores que la aceleran te permite tomar decisiones más inteligentes. Desde mantener al día las revisiones, cuidar el kilometraje, evitar accidentes y elegir marcas confiables, todo suma. Cuidar tu carro no es solo una cuestión estética o mecánica, es también una forma de proteger tu inversión. Y si algún día decides venderlo, esos cuidados marcarán la diferencia entre una buena venta… y una pérdida innecesaria.

El auto ideal en 2025: 3 tecnologías que los compradores ya exigen

Durante mucho tiempo, elegir un auto nuevo fue una cuestión de gustos, de presupuesto y, en ocasiones, de tradición familiar. Pero en 2025, los criterios cambiaron. Hoy, los compradores no solo buscan un vehículo que los lleve del punto A al punto B, sino que esperan una experiencia completa: inteligente, eficiente y alineada con su estilo de vida. La industria automotriz avanza a un ritmo acelerado, y con ella cambian las expectativas de quienes están pensando en renovar su vehículo. Las prioridades son otras, y el concepto de “auto ideal” también. A continuación, repasamos tres tecnologías que ya no se perciben como un lujo, sino como requisitos indispensables al momento de decidir. 1. Electrificación Uno de los principales cambios de estos últimos años es la adopción masiva de autos eléctricos o híbridos. Ya no es solo una tendencia. Para muchos, es una necesidad. Los conductores actuales valoran cada vez más el ahorro a largo plazo, el menor impacto ambiental y la posibilidad de prescindir del combustible convencional. En paralelo, las marcas han sabido responder con modelos más accesibles, con baterías que ofrecen una mayor autonomía y tiempos de carga más breves. Esto ha permitido que quienes antes dudaban en hacer el cambio, hoy lo vean como una opción viable y conveniente. Además, las ciudades están acompañando esta transformación con más estaciones de carga, beneficios fiscales y normativas que favorecen el uso de autos sostenibles. En este contexto, la electrificación dejó de ser un diferencial: es parte del nuevo estándar. 2. Conectividad La conexión constante con el entorno se ha trasladado también al auto. En 2025, los conductores esperan que su vehículo se integre naturalmente con su rutina digital. Contar con un sistema que permita sincronizar el celular, recibir información útil en tiempo real, controlar funciones a distancia o incluso actualizarse automáticamente, ya no sorprende: se exige. No se trata de tener más pantallas o comandos complejos, sino de hacer más simple la conducción y mejorar la experiencia a bordo. Este tipo de conectividad no solo mejora la comodidad. También permite estar mejor informado sobre el estado del vehículo, el consumo, las rutas más convenientes y, sobre todo, aporta una sensación de control que antes no existía. 3. Seguridad inteligente Los avances en seguridad son, probablemente, los más valorados por quienes compran un vehículo hoy. Los sistemas actuales no solo reaccionan ante un accidente; trabajan para evitar que ocurra. Los vehículos incorporan sensores y sistemas que alertan al conductor ante una distracción, detectan peatones, ajustan la velocidad según el tráfico o incluso frenan automáticamente en situaciones de riesgo. Estas herramientas, conocidas como asistencia avanzada al conductor, ya están presentes en una amplia variedad de modelos, y su eficacia está comprobada. Más allá de lo técnico, la clave está en el resultado: sentirse más seguro, proteger a los que van en el vehículo y también a quienes están fuera de él. Eso es lo que busca la mayoría de los conductores hoy. Un auto alineado con el presente El auto ideal en 2025 no es futurista ni inalcanzable. Es, simplemente, un auto que entiende el contexto actual. Que ofrece eficiencia sin complicaciones, tecnología que facilita y no abruma, y seguridad que anticipa en lugar de solo reaccionar. No se trata de seguir una moda o de tener lo último por tenerlo. Se trata de elegir un vehículo que esté en sintonía con las necesidades reales de las personas: prácticas, cotidianas, humanas. Desde La Guía de Vehículos creemos que la mejor decisión al momento de comprar no es la que se toma por impulso, sino la que se hace con información clara y objetivos concretos. Y hoy, esos objetivos pasan por estas tres tecnologías. Porque el auto ideal ya no es una promesa del futuro: es una elección consciente que se puede hacer hoy.

5 Señales Para Cambiar Tu Vehículo

Cambiar de auto es una decisión que muchas veces se posterga más de lo necesario. A veces por apego, otras por comodidad o simplemente por evitar el gasto. Pero lo cierto es que, llegado cierto punto, seguir con el mismo vehículo puede convertirse en una carga más que en una solución. En el contexto actual, donde la tecnología avanza rápido y la eficiencia es cada vez más valorada, mantener un auto viejo puede significar más pérdidas que beneficios. Por eso, si tenés dudas sobre si deberías cambiar de vehículo, estas señales pueden darte una perspectiva más clara. 1. Las visitas al taller son cada vez más frecuentes Un mantenimiento ocasional es normal, pero cuando los arreglos se vuelven parte de la rutina, algo no está bien. Si cada pocos meses tenés que llevar el auto al mecánico y los costos de reparación empiezan a acumularse, probablemente estés estirando más de la cuenta la vida útil del vehículo. Además del gasto económico, esto significa tiempo perdido y una constante sensación de incertidumbre. En estos casos, cambiar de auto no es un lujo, es una forma de recuperar estabilidad. 2. El consumo de combustible aumentó sin explicación Un motor desgastado puede generar un aumento importante en el consumo de combustible. Si notás que estás cargando el tanque más seguido aunque tus trayectos sean los mismos, es probable que el rendimiento del auto ya no sea el de antes. A largo plazo, ese gasto adicional se siente. Y considerando que hoy existen vehículos mucho más eficientes, incluso sin necesidad de pasar a un modelo eléctrico, la diferencia puede notarse mes a mes. 3. Tu auto ya no se adapta a tus hábitos actuales Lo que en su momento fue práctico y cómodo, puede que hoy ya no lo sea. Cambios en el trabajo, en la familia o en el estilo de vida pueden volver obsoleto un vehículo que antes funcionaba perfecto. Tal vez ahora necesitás más espacio, más seguridad o un auto que responda mejor a trayectos largos. Si tu vehículo ya no está alineado con tus necesidades diarias, insistir en mantenerlo puede volverse contraproducente. 4. Falta de seguridad y tecnología básica Los autos modernos no solo están diseñados para ser más cómodos, también incorporan sistemas de seguridad que previenen accidentes. Si tu auto carece de funciones que hoy ya son comunes —como frenos antibloqueo, asistencia al frenado o control de estabilidad—, estás conduciendo con desventaja. No se trata de buscar lo último en innovación, sino de contar con lo básico para protegerte a vos y a quienes viajan con vos. La seguridad es un punto clave que nunca debería dejarse para después. 5. Las reparaciones ya no justifican el valor del auto Hay un punto en el que el costo de mantener el vehículo supera su propio valor. Cuando el dinero invertido en reparaciones podría ser parte del pago inicial de un auto más nuevo, es momento de hacer cuentas con frialdad. También hay que considerar el valor de reventa. Cuanto más tardes en hacer el cambio, menor será el precio que podrás obtener por tu auto actual. Cambiar de auto no es solo una cuestión económica o técnica. Muchas veces implica dejar atrás recuerdos, rutinas y costumbres. Pero también es una oportunidad para mejorar tu calidad de vida, tu seguridad y tu relación con el manejo diario. En La Guía de Vehículos, creemos que tomar la decisión con información clara y con una mirada realista es clave. Si estas señales te resultan familiares, tal vez el cambio no sea tan lejano como pensabas.

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