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Estrategias para Hoteles para Atraer Viajeros en Temporada Baja

La temporada baja suele percibirse como sinónimo de pérdidas o inactividad en el sector hotelero. Sin embargo, con visión y creatividad, este periodo se convierte en una oportunidad para fortalecer la marca, atraer nuevos segmentos y mejorar la rentabilidad. Los hoteles que entienden cómo aprovechar este momento tienen una ventaja clara sobre la competencia. Convertir la baja ocupación en una experiencia atractiva En lugar de enfocarse solo en llenar habitaciones, es importante pensar en cómo crear razones para que las personas quieran viajar en temporada baja. Actividades temáticas, festivales culturales locales o promociones ligadas a experiencias personalizadas pueden hacer la diferencia. Por ejemplo, destinos como Villa de Leyva o Barichara han demostrado que el turismo cultural y de bienestar puede sostenerse todo el año. Según My Travel Research, más del 50 % de los viajeros escogen sus destinos motivados por la cultura, la historia o el descanso emocional que les ofrecen. Eso significa que los hoteles no necesitan depender únicamente del clima o temporadas altas para mantenerse vigentes. Redefinir el público objetivo La baja demanda puede contrarrestarse atrayendo nuevos perfiles de viajero. Actualmente, los nómadas digitales, las personas que trabajan de forma remota y quienes buscan experiencias de bienestar son un mercado en crecimiento. Adaptar algunos espacios del hotel como zonas de coworking o incluir paquetes de relajación puede ser clave. KRG Hospitality señala que este tipo de perfil viaja durante todo el año, sin atarse a los calendarios tradicionales. Además, las “escapadas de fin de semana” para personas que viven en ciudades cercanas pueden convertirse en una excelente fuente de ingresos si se comunican de forma adecuada. Apostar por la fidelización y el valor agregado La temporada baja también permite fortalecer los lazos con antiguos clientes. Programas de lealtad, promociones personalizadas y detalles que sorprendan al huésped aumentan la probabilidad de una nueva reserva. Según Bain & Company, incrementar la retención de clientes en un 5 % puede aumentar las ganancias entre un 25 % y 95 %. Los hoteles que ofrecen valor añadido —no solo descuentos— obtienen mejores resultados. Una experiencia diferenciada puede incluir desde cenas temáticas, recorridos culturales hasta alianzas con proveedores locales para enriquecer la estadía. Ajustar los precios con inteligencia No se trata de bajar tarifas indiscriminadamente, sino de utilizar herramientas de gestión de ingresos. Plataformas como Atomize o Mews permiten ajustar precios en tiempo real, considerando la demanda del mercado. El modelo de tarifas dinámicas permite mantener un balance entre ocupación e ingresos, algo crucial en temporada baja. Impulsar la visibilidad digital Una estrategia digital clara puede generar reservas más directas y reducir la dependencia de agencias. Hoy, los viajeros buscan destinos por redes sociales, blogs y contenido audiovisual. Potenciar la presencia del hotel en estas plataformas, ofrecer contenido útil y mantener actualizada la página web son aspectos básicos. Además, la publicidad segmentada puede ayudar a llegar a perfiles muy específicos, que quizás no considerarían el viaje de otra manera. StackAdapt sostiene que la segmentación por intención de búsqueda mejora la conversión hasta en un 30 % frente a campañas masivas. Alianzas locales que suman valor Por último, unir esfuerzos con negocios locales como restaurantes, agencias de turismo o centros de bienestar, permite ofrecer paquetes completos que resultan más atractivos para el cliente. Según BoostBrands, los paquetes colaborativos aumentan la percepción de valor y apoyan el desarrollo local, creando un ecosistema turístico más sólido. En resumen La temporada baja no es un obstáculo, sino una etapa para innovar y fortalecer. Las estrategias enfocadas en crear experiencias, segmentar audiencias y apostar por la fidelización son más efectivas que simplemente aplicar descuentos. Un hotel que piensa más allá de la ocupación diaria puede convertir esta época en una verdadera inversión para su futuro. Y sobre todo, puede seguir siendo parte del viaje de muchas personas, en cualquier momento del año.

¿Hostal o Hotel Boutique para tus vacaciones de mitad de año?

Cuando se acercan las vacaciones, una de las decisiones más importantes para cualquier viajero es elegir el tipo de hospedaje ideal. En Colombia, donde el turismo ha crecido de forma notable en los últimos años (un 25,7% solo en el primer trimestre de 2024, según el DANE), esta elección puede marcar la diferencia entre una experiencia promedio y una inolvidable. Hoy te ayudamos a explorar dos opciones que encabezan las búsquedas: los hostales y los hoteles boutique. Ambos modelos están en auge, cada uno con sus particularidades, ventajas y precios. Hostales: prácticos, sociales y económicos Los hostales han evolucionado. Ya no son solo espacios para mochileros. Hoy, muchos ofrecen ambientes modernos, zonas compartidas bien equipadas y experiencias culturales inmersivas. Datos clave: Este tipo de hospedaje es ideal para quienes buscan compartir historias con otros viajeros, tener libertad de movimiento y ahorrar sin sacrificar ubicación. Además, muchos hostales ofrecen caminatas guiadas, clases de cocina local o actividades de integración. Hoteles boutique: diseño, atención y confort Para quienes buscan una experiencia más personalizada y tranquila, los hoteles boutique son una excelente opción. Suelen tener entre 5 y 20 habitaciones, decoración temática y un enfoque muy cuidado en el servicio. Datos clave: Muchos de estos alojamientos están en casas coloniales restauradas o propiedades con arquitectura típica. Son perfectos para viajes en pareja, escapadas románticas o estadías más contemplativas. Elegir según tu tipo de viaje Tu elección debe estar alineada con lo que esperas de tus vacaciones. Si vas a recorrer varios pueblos de Boyacá o el Eje Cafetero, un hostal puede ofrecer flexibilidad y conexión con viajeros. Pero si deseas relajarte, vivir una experiencia estética y disfrutar de mayor privacidad, el hotel boutique será una apuesta segura. Un ejemplo práctico Imagina un viajero que quiere recorrer Sogamoso, Iza y Nobsa durante una semana. Si su prioridad es el contacto local, ahorrar en hospedaje y un itinerario flexible, optar por hostales le permite invertir más en experiencias. Pero si viaja por aniversario y busca tranquilidad, un hotel boutique en las afueras de Iza con spa y menú típico puede hacer su experiencia inolvidable. Colombia ofrece opciones para todos los gustos y presupuestos. Lo importante no es solo el precio, sino el valor que deseas obtener de tu hospedaje. Y recuerda, hay plataformas que te permiten reservar sin intermediarios, hablar directamente con anfitriones locales y encontrar alternativas auténticas adaptadas a tu estilo de viaje. En LaGuíaNegocios.com, por ejemplo, puedes explorar tanto hostales como hoteles boutique gestionados por sus propios propietarios, impulsando así el turismo local y la economía de cada región.

Cómo Crear Paquetes Turísticos Exclusivos y Rentables

En un momento en que el turismo evoluciona hacia lo emocional y auténtico, los paquetes turísticos tradicionales ya no son suficientes. Hoy, los viajeros no solo quieren ver un lugar: quieren vivirlo. Desean escuchar sus historias, saborear su cultura y sentir que hacen parte de él. En ese contexto, crear experiencias exclusivas se convierte en una herramienta poderosa para operadores, anfitriones y emprendedores del sector. Colombia es un país con un potencial inmenso. Según cifras de ProColombia, el turismo es uno de los sectores que más crece en el país, con un aumento del 22 % en el ingreso de visitantes no residentes entre 2022 y 2023. La clave está en entender que un buen paquete turístico va más allá del recorrido. Se trata de diseñar vivencias personalizadas, sostenibles y memorables. ¿Qué hace que un paquete turístico sea realmente exclusivo? No es necesario ofrecer lujo para ser exclusivo. La exclusividad, en el turismo actual, nace del detalle, de lo auténtico y de lo que no se encuentra fácilmente en otro lugar. Un paquete turístico se convierte en algo valioso cuando permite al visitante sentir que esa experiencia fue pensada para él, cuando logra una conexión genuina con el territorio y su gente. Diseñar un buen paquete implica conocer a fondo lo que tu región tiene para ofrecer, desde su gastronomía hasta sus historias locales. Implica construir un relato que se pueda vivir en etapas, donde cada actividad esté articulada con una intención clara. No se trata de llenar una agenda, sino de curar momentos que dejen huella. Claves para construir un paquete turístico exitoso 1. Conoce a tu viajero idealEl primer paso es definir a quién te diriges. No es lo mismo diseñar para mochileros, familias, amantes del bienestar o viajeros culturales. Cada uno tiene motivaciones diferentes. Escuchar a los visitantes, observar sus comportamientos y analizar tendencias puede ayudarte a afinar tu propuesta. 2. Encuentra el alma del destinoTodo lugar tiene una identidad. Hay que descubrir qué lo hace único y construir desde ahí. Tal vez sea su historia, su biodiversidad, su arquitectura o su gente. A partir de eso puedes elegir qué mostrar, cómo contarlo y qué emociones despertar en el visitante. 3. Diseña una narrativaUn buen paquete cuenta una historia. Desde la bienvenida hasta la despedida, cada momento debe tener un sentido. Puedes pensar tu experiencia como si fuera un guion: ¿Qué introduce al viajero en el lugar? ¿Cuál es el clímax de su recorrido? ¿Con qué mensaje se va? 4. Piensa en lo logísticoPor supuesto, la experiencia debe ser funcional. Horarios claros, transporte adecuado, alimentación de calidad, seguridad y confort. Pero sin olvidar que el mayor valor está en el contacto con lo humano: con los anfitriones, los artesanos, los guías, los cocineros. 5. Evalúa el valor y el precioMuchos piensan que los paquetes deben ser económicos para venderse. Pero los viajeros están dispuestos a pagar por calidad, siempre que vean el valor detrás de la propuesta. Lo importante es que el precio refleje el cuidado, la autenticidad y el impacto de la experiencia. Un ejemplo: “Raíces Vivas”, una experiencia con alma comunitario Imagina una experiencia diseñada en un pequeño pueblo de Boyacá, donde el visitante no solo recorre los paisajes, sino que convive con quienes los habitan. “Raíces Vivas” podría ser un paquete de dos días que incluye alojamiento con familias locales, participación en actividades cotidianas como la elaboración de arepas de maíz criollo, caminatas a miradores acompañadas de relatos sobre la historia oral del lugar, y un taller artesanal guiado por mujeres del territorio. Este tipo de experiencia no solo es enriquecedora para quien la vive, sino que también fortalece la economía local, rescata el valor de lo cotidiano y transforma la forma en que entendemos el turismo. ¿Dónde ofrecer tu experiencia? Una vez tengas tu paquete armado, necesitas visibilizarlo. Hoy existen plataformas digitales como LaGuíaNegocios.com, que permiten a emprendedores turísticos registrar sus servicios y paquetes sin intermediarios. Esta es una opción ideal para quienes buscan llegar directamente a viajeros interesados, ofreciendo confianza, conexión directa y visibilidad estratégica. Además, puedes potenciar tu propuesta mediante blogs, videos y reseñas en redes sociales. Contar la historia detrás de tu experiencia puede ser tan importante como la experiencia misma. El turismo del futuro es el que deja huella Más allá de vender planes, el turismo tiene hoy la oportunidad de generar transformación. No solo en el visitante, que se lleva una vivencia auténtica, sino también en las comunidades anfitrionas que ven en el turismo una oportunidad de desarrollo y de reconocimiento. Crear paquetes turísticos exclusivos es una forma de honrar nuestros territorios, de darle valor a nuestras tradiciones y de construir un futuro más justo, sostenible y humano para el sector. Lo importante es recordar que lo más exclusivo no siempre es lo más lejano, sino lo más significativo.

Los errores que todos cometemos al hacer la maleta

Empacar debería ser una parte sencilla y emocionante de cualquier viaje. Sin embargo, para muchos, sigue siendo un dolor de cabeza que, si no se maneja bien, puede arruinar la experiencia antes de empezar. Después de varios viajes —y varios errores cometidos— he confirmado que hay algunos fallos que la mayoría de nosotros repetimos sin darnos cuenta. Hoy quiero contarte cuáles son esos errores comunes al hacer la maleta y cómo podríamos evitarlos. Porque, a fin de cuentas, viajar ligero y organizado hace toda la diferencia. 1. Llevar más de lo necesario Es tentador meter en la maleta «esa camisa por si acaso» o «ese tercer par de zapatos por si surge algo especial». Lo sé, lo he hecho. El problema es que esos «por si acaso» se acumulan hasta que la maleta pesa más de lo que podemos manejar cómodamente. Mi consejo es sencillo: planifica tus días y lleva solo lo que realmente vas a usar. Piensa en prendas que combinen entre sí y que puedas repetir con facilidad. Al final, menos peso significa más libertad para moverte y disfrutar del viaje. 2. No revisar el clima antes de empacar Este error es más frecuente de lo que parece. Uno se deja llevar por la idea general del destino: “en Cartagena hace calor”, “en Bogotá siempre hace frío”. Pero confiarse puede salir caro. ¿Qué pasa si justo esa semana llueve todos los días o si un frente frío baja la temperatura? Antes de empacar, toma unos minutos para revisar el pronóstico. No solo te ayudará a elegir la ropa adecuada, sino también a empacar cosas útiles como una sombrilla o una chaqueta ligera que no habrías considerado de otro modo. 3. Empacar de forma desordenada Parece que el método no importa mientras todo entre en la maleta, pero la verdad es que sí importa. Cuando empacas sin orden, no solo desperdicias espacio, también aumentas las posibilidades de que tu ropa llegue arrugada y tengas que perder tiempo acomodándola en destino. Una técnica que funciona muy bien es enrollar la ropa en lugar de doblarla. Además, usar bolsas organizadoras puede marcar una gran diferencia: te permite mantener todo separado y encontrar las cosas mucho más rápido. 4. Olvidar lo esencial Cuando vamos de prisa o confiamos demasiado en nuestra memoria, es fácil olvidar cosas básicas como cargadores, documentos o medicinas. Y lamentablemente, estos pequeños olvidos pueden complicarnos mucho más de lo que parece. La solución es tan simple como efectiva: hacer una lista. Tener un listado con todo lo necesario (ropa, higiene personal, tecnología, documentos) ayuda a no dejar nada importante atrás. Además, repasar la lista justo antes de salir da tranquilidad. 5. No dejar espacio para lo que traes de regreso Siempre pasa: al regreso, tenemos más cosas de las que llevamos. Entre recuerdos, compras o algún regalo, la maleta termina a reventar o, peor aún, toca comprar otra. Es un detalle que pocos consideran al salir de casa. Mi recomendación es siempre la misma: deja un margen de espacio libre al empacar. También puedes llevar una bolsa plegable adicional, que no ocupa nada de espacio y puede salvarte si realmente compras más de la cuenta. Hacer la maleta puede parecer algo menor, pero tiene un impacto directo en cómo comienza nuestro viaje. Empacar de forma práctica y consciente no solo evita problemas, también nos permite viajar más ligeros, más libres y, sobre todo, más tranquilos. Viajar debe ser un placer, no una preocupación. Y la forma en que organizamos nuestra maleta puede ser el primer paso para disfrutar cada momento, desde el despegue hasta el regreso a casa.

Cómo llegar a Sogamoso desde Bogotá, Villavicencio y Bucaramanga, y qué ver una vez estés allí

Sogamoso, conocida como la «Ciudad del Sol», es uno de esos destinos que mezcla historia, cultura y naturaleza en un solo lugar. Ubicada en el corazón de Boyacá, esta ciudad es punto de partida para recorrer lugares emblemáticos del altiplano cundiboyacense. Si estás planeando visitarla, aquí te contamos cómo llegar desde tres ciudades importantes y qué puedes descubrir una vez llegues. ¿Cómo llegar a Sogamoso? Desde Bogotá Esta es la ruta más común para visitar Sogamoso. Desde el Terminal de Transporte de Bogotá, varias empresas como Libertadores, Coflonorte o Flota Sugamuxi ofrecen servicios diarios hacia la ciudad. El viaje dura aproximadamente 3 horas y media, dependiendo del tráfico, y los pasajes rondan entre los $39.000 y $45.000. Si viajas en carro particular, debes tomar la vía Tunja – Duitama – Sogamoso. Es una carretera en buen estado, con una distancia aproximada de 200 km. Desde Villavicencio Aunque no hay buses directos desde Villavicencio, puedes tomar un primer trayecto hasta Bogotá (alrededor de 3 a 4 horas), y desde allí conectar hacia Sogamoso. Si prefieres conducir, la ruta entre Villavicencio y Sogamoso tiene unos 351 km de distancia. El viaje dura cerca de 6 horas y media y atraviesa varios peajes, así que es importante planear bien la ruta y los gastos de carretera. Desde Bucaramanga Desde Bucaramanga sí hay buses directos hacia Sogamoso, ofrecidos por empresas como Copetran y Concorde. El viaje dura entre 8 y 9 horas y los precios parten desde los $84.000. En carro particular, también puedes hacer este trayecto por carretera, aunque es largo y exige paciencia. Lo ideal es revisar el estado de las vías antes de salir y considerar hacer una parada en el camino. ¿Qué hacer y ver en Sogamoso? Una vez estés en Sogamoso, vas a encontrar mucho más que un destino de paso. La ciudad y sus alrededores ofrecen experiencias únicas tanto para quienes buscan cultura, como para los que quieren naturaleza o descanso. 1. Museo Arqueológico y Templo del Sol Este museo es uno de los lugares más importantes de la ciudad. Aquí se preservan piezas de la cultura muisca, y en él se encuentra una imponente reconstrucción del Templo del Sol, que representa la espiritualidad y sabiduría de esta civilización ancestral. 2. Parque de la Villa y Catedral San Martín de Tours Este es el corazón de Sogamoso. El parque es amplio y está rodeado de construcciones coloniales. Es ideal para sentarse un rato, probar algo típico o simplemente ver la vida local pasar. Al lado se encuentra la Catedral, uno de los íconos religiosos de la ciudad. 3. Cerro y Capilla de Santa Bárbara Para los que disfrutan caminar, subir este cerro es un buen plan. Hay senderos y, al llegar a la cima, puedes visitar la capilla y disfrutar de una vista panorámica de toda la ciudad. 4. Teatro Sogamoso Declarado monumento nacional, este teatro es un símbolo del arte y la cultura local. Si tienes la suerte de coincidir con una obra o presentación, es una experiencia que vale la pena. 5. Excursión al Lago de Tota A menos de una hora de Sogamoso está el Lago de Tota, el más grande de Colombia. Su famosa Playa Blanca, con arena clara y agua fría, es un destino perfecto para relajarte, hacer picnic o deportes acuáticos. Es un plan ideal para combinar con tu visita a la ciudad. ¿Por qué visitar Sogamoso? Sogamoso no es solo un punto en el mapa. Es un lugar donde la historia indígena, la tradición religiosa y la naturaleza se encuentran. Ya sea que vayas por unos días o como parte de una ruta por Boyacá, esta ciudad tiene mucho para ofrecer. Además, su ubicación estratégica la convierte en una base ideal para explorar otros pueblos cercanos como Nobsa, Monguí, Iza o Aquitania. Desde LaGuíaTurismo te invitamos a que armes tu ruta, prepares tu cámara y vivas una experiencia auténtica en Sogamoso. Ya sea que llegues desde Bogotá, Villavicencio o Bucaramanga, el viaje vale totalmente la pena.

El Turismo Slow en Colombia

El Turismo Slow en Colombia

Durante años, nos han vendido la idea de que viajar significa ver la mayor cantidad de lugares posible en el menor tiempo. Ir de ciudad en ciudad, tomar miles de fotos, tachar destinos de una lista. Pero cada vez más personas se están haciendo una pregunta clave: ¿realmente estamos conociendo los lugares que visitamos? De ahí nace el turismo slow, una forma de moverse que invita a todo lo contrario: viajar sin prisa, conectarse con lo local y disfrutar del momento sin correr detrás del reloj. No se trata de una moda pasajera, sino de una manera diferente de entender el viaje. Y Colombia, con toda su riqueza y su ritmo propio, tiene mucho que ofrecer para quienes eligen este camino. Más allá del recorrido, está la experiencia El turismo slow no tiene que ver con un tipo específico de destino, sino con la forma en que decidimos vivirlo. Es hacer una pausa, mirar con atención, escuchar a quienes habitan el lugar y dejarse sorprender por lo sencillo. En lugar de visitar cinco pueblos en tres días, ¿por qué no elegir uno y explorarlo de verdad? Caminarlo, probar su comida, hablar con sus habitantes, participar en su cotidianidad. Ese tipo de conexión es mucho más valiosa que una foto bonita o una publicación apurada en redes sociales. Una respuesta al turismo acelerado Vivimos en una época en la que el tiempo parece escaso, incluso en vacaciones. Por eso, el turismo slow aparece como un respiro necesario. Es una forma de volver a disfrutar de lo esencial, de mirar con calma y de hacer del viaje una experiencia más humana. También es una manera más consciente de relacionarnos con los destinos. Porque cuando bajamos el ritmo, empezamos a ver el impacto que generamos, entendemos mejor la cultura local y valoramos lo que ese lugar tiene para ofrecer sin alterar su ritmo natural. Colombia: Colombia es un terreno fértil para el turismo slow. A diferencia de otros países donde el ritmo es más rápido o todo está enfocado en grandes atracciones, aquí la magia muchas veces está en los detalles: en una conversación con una señora en la plaza, en un café campesino servido al fogón, en un taller de artesanías heredado por generaciones. En Boyacá, por ejemplo, hay decenas de pueblos donde el tiempo parece haberse detenido. Lugares como Monguí, Iza, Tibasosa o Tinjacá no necesitan grandes eventos para enamorar a quien los visita. Solo hay que dejarse llevar, caminar sin apuro, abrirse a la experiencia. Lo simple también es valioso A veces confundimos viajar bien con viajar caro o muy lejos. Pero muchas veces, los mejores recuerdos vienen de momentos simples: una comida casera, una caminata por el campo, una charla espontánea. El turismo slow rescata ese valor y lo pone en el centro del viaje. No se trata de cambiar el destino, sino la forma de estar en él. Y eso está al alcance de todos. Una invitación a mirar distinto Desde LaGuíaTurismo creemos que vale la pena repensar la manera en que viajamos. No solo por nosotros, sino también por los lugares que visitamos. El turismo slow no es un paquete, ni una etiqueta: es una actitud. Y Colombia, con su gente, sus paisajes y sus tiempos pausados, nos ofrece el escenario perfecto para practicarlo. La próxima vez que planees una salida, pregúntate: ¿quieres llegar a más lugares o conectar más con el lugar al que llegas? Ahí empieza el cambio.

Las Nuevas Tendencias: El Ecoturismo en Colombia y los Destinos más Populares

Ecoturismo

En los últimos años, Colombia se ha convertido en un referente del turismo sostenible. La inmensa biodiversidad del país, sus paisajes intactos y la riqueza cultural de sus comunidades han impulsado una forma de viajar que no solo busca explorar nuevos destinos, sino también preservarlos. El ecoturismo ha dejado de ser una tendencia pasajera para convertirse en una necesidad. Cada vez más viajeros buscan experiencias auténticas en la naturaleza, lejos del turismo masivo y con un impacto positivo en el medio ambiente. En Colombia, esta forma de turismo ha tomado fuerza, destacando destinos impresionantes que combinan aventura, conservación y desarrollo local. Los destinos más sorprendentes para vivir el ecoturismo en Colombia Si hay algo que caracteriza a Colombia es su diversidad geográfica. Desde las costas del Pacífico hasta la selva amazónica, cada rincón del país ofrece experiencias únicas para quienes buscan un turismo en armonía con la naturaleza. En el Pacífico colombiano, Bahía Solano y Nuquí son dos de los destinos más fascinantes. Aquí, la selva se encuentra con el océano, creando un ecosistema único donde es posible observar ballenas jorobadas, explorar manglares y conocer comunidades afrodescendientes que han protegido la región durante siglos. El Parque Nacional Natural Los Farallones, en el Valle del Cauca, es otro tesoro natural que ha resurgido como destino ecoturístico. Esta zona, vital para la conservación del agua y la biodiversidad, ha estado amenazada por la minería ilegal. Sin embargo, hoy es un ejemplo de cómo el turismo sostenible puede ayudar a proteger el entorno, impulsando proyectos de educación ambiental y rutas guiadas por la comunidad. En la región de la Orinoquía, los Llanos colombianos ofrecen una experiencia única para los amantes de la naturaleza. Parques como El Tuparro, con sus sabanas interminables y formaciones rocosas milenarias, son un refugio para la fauna silvestre. Este destino es ideal para el avistamiento de aves y el turismo de aventura, en un entorno donde la vida silvestre sigue su curso sin intervención humana. Y si se trata de biodiversidad, no se puede dejar de mencionar la Amazonía colombiana. Leticia y sus alrededores son el punto de entrada a un mundo donde la naturaleza es la protagonista. Explorar la selva, navegar por el río Amazonas y convivir con comunidades indígenas son solo algunas de las experiencias que hacen de este lugar un destino imprescindible para el ecoturismo. El impacto del ecoturismo en las comunidades locales Más allá de los paisajes impresionantes, el ecoturismo en Colombia ha sido un motor de cambio para muchas comunidades. En lugares donde antes la minería o la tala indiscriminada eran las principales fuentes de ingreso, el turismo sostenible ha demostrado que es posible generar empleo sin destruir los ecosistemas. Un claro ejemplo es el avistamiento de aves, una actividad que ha llevado a muchas familias rurales a encontrar en la conservación una oportunidad de crecimiento económico. Fincas que antes dependían de la agricultura han abierto sus puertas a visitantes nacionales e internacionales que buscan conocer la diversidad de aves del país. La realización de eventos internacionales, como la Cumbre de Biodiversidad de la ONU (COP16) en Cali, ha reafirmado la importancia de proteger estos ecosistemas. Estos encuentros han impulsado iniciativas que buscan fortalecer el turismo responsable, promoviendo prácticas que beneficien tanto a los viajeros como a las comunidades locales. Colombia y el futuro del ecoturismo El crecimiento del ecoturismo en el país es una muestra de que viajar puede ser mucho más que una simple experiencia de entretenimiento. Es una oportunidad para conectarse con la naturaleza, aprender de las comunidades y contribuir a la conservación del planeta. Sin embargo, el reto sigue siendo grande. La necesidad de mejorar la infraestructura, educar sobre el turismo sostenible y fortalecer la regulación son aspectos clave para que esta tendencia no solo sea una moda, sino un modelo de desarrollo a largo plazo. Colombia lo tiene todo para ser un referente mundial en ecoturismo. La biodiversidad, la cultura y el espíritu acogedor de su gente hacen que cada viaje sea una experiencia inolvidable.

Vive Sugamuxi: Estrategia de Desarrollo Turístico y Beneficios para la Comunidad

Turístico

El turismo ha demostrado ser un motor de crecimiento económico y cultural en muchas regiones, y la Provincia de Sugamuxi no es la excepción. Con su riqueza natural, histórica y cultural, esta zona de Boyacá tiene un gran potencial para convertirse en un destino turístico estratégico. Sin embargo, el desarrollo del turismo no se trata solo de atraer visitantes, sino de garantizar que este crecimiento beneficie a la comunidad de manera sostenible. Vive Sugamuxi nace con ese propósito. Se trata de una iniciativa que busca fortalecer el turismo en la región mediante una estrategia bien estructurada, con la participación de entidades públicas y privadas. Más allá de promocionar atractivos turísticos, el proyecto apunta a mejorar la calidad de vida de quienes hacen parte de esta industria, ofreciendo herramientas para su crecimiento y desarrollo. Un modelo de turismo con impacto real Una de las principales ventajas de Vive Sugamuxi es que no se enfoca únicamente en atraer turistas, sino en generar oportunidades para la comunidad local. Este tipo de iniciativas permiten que pequeños empresarios, artesanos, hoteleros y prestadores de servicios turísticos accedan a herramientas de capacitación y formalización, lo que les facilita competir en el mercado de manera justa y equitativa. El turismo es una industria que, bien gestionada, puede traer grandes beneficios económicos a una región. Sin embargo, si no se estructura de manera adecuada, puede generar desigualdad y afectar la identidad cultural de los destinos. Es por eso que Vive Sugamuxi apuesta por un modelo de turismo sostenible, donde el crecimiento económico va de la mano con la preservación del patrimonio local y el respeto por las comunidades. Infraestructura y accesibilidad: claves para el desarrollo Para que un destino turístico sea competitivo, no solo basta con promocionarlo, sino que debe ofrecer condiciones adecuadas para los visitantes. Vive Sugamuxi también trabaja en mejorar la infraestructura y accesibilidad de los municipios de la provincia, optimizando la señalización, facilitando el acceso a los puntos de interés y promoviendo el desarrollo de espacios turísticos bien equipados. Este tipo de inversiones no solo benefician a los turistas, sino también a los habitantes locales, quienes pueden disfrutar de un entorno mejorado y más organizado. Además, una infraestructura adecuada impulsa el comercio local, generando mayores ingresos para quienes dependen del turismo como fuente de sustento. Un destino con identidad propia Cada región tiene su esencia, su historia y su cultura. Vive Sugamuxi no busca transformar la provincia en un destino turístico masivo, sino resaltar sus valores auténticos. La idea es que cada visitante pueda conocer la verdadera esencia de Sugamuxi, su gente, sus costumbres y sus paisajes, generando una conexión genuina con el destino. Para lograrlo, la estrategia incluye la promoción de experiencias únicas, en las que los turistas puedan participar en actividades tradicionales, conocer la gastronomía local y explorar la riqueza natural del territorio. Esta visión no solo hace que la visita sea más enriquecedora para los viajeros, sino que también fortalece la identidad y el sentido de pertenencia de la comunidad. El papel de la digitalización en el crecimiento turístico En un mundo donde la tecnología juega un papel fundamental en la toma de decisiones de los viajeros, Vive Sugamuxi entiende la importancia de la digitalización. Por eso, ha incorporado plataformas como LaGuíaNegocios.com, que permite conectar de manera directa a turistas con prestadores de servicios, sin intermediarios y con mayor transparencia. El uso de herramientas digitales facilita que los pequeños empresarios del sector turístico tengan mayor visibilidad y puedan llegar a un público más amplio sin necesidad de grandes inversiones. Además, permite que los viajeros organicen su experiencia de manera más sencilla, encontrando opciones de hospedaje, actividades y gastronomía en un solo lugar. Una estrategia con visión a futuro El turismo es una de las industrias con mayor capacidad de transformación social y económica. Sin embargo, para que sus beneficios sean sostenibles en el tiempo, es necesario que se gestione de manera responsable. Vive Sugamuxi es un claro ejemplo de cómo una estrategia bien diseñada puede impulsar una región sin comprometer su esencia ni su estabilidad. Este tipo de iniciativas demuestran que el turismo no debe ser visto únicamente como una oportunidad de negocio, sino como un motor de desarrollo para las comunidades. La clave está en estructurar proyectos que integren a todos los actores involucrados, permitiendo que el crecimiento sea equitativo y genere beneficios a largo plazo.

Los Destinos Más Sorprendentes de la Provincia de Sugamuxi

Sugamuxi

Si hay un lugar en Colombia que combina paisajes de ensueño, cultura ancestral y rincones poco explorados, ese es Sugamuxi, una provincia en Boyacá llena de magia y lugares únicos. Aunque muchos conocen el Lago de Tota o el encanto colonial de Monguí, esta región guarda secretos naturales e históricos que merecen ser descubiertos. Si buscas un destino diferente, alejado de lo convencional, aquí te presentamos algunos de los lugares más sorprendentes que no puedes dejar de visitar. Páramo de Ocetá Dicen que es el páramo más hermoso de Colombia, y quienes han caminado por sus senderos pueden confirmarlo. Ubicado entre Monguí y Mongua, el Páramo de Ocetá es un espectáculo de frailejones, lagunas y formaciones rocosas imponentes. La joya del recorrido es la Ciudad de Piedra, un laberinto natural de rocas gigantes que parecen contar historias de tiempos pasados. Si te gusta el senderismo y la conexión con la naturaleza, esta es una experiencia que no olvidarás. Reserva Natural Xieti Cerca del Lago de Tota, la Reserva Natural Xieti es un santuario de vida silvestre donde los viajeros pueden desconectarse del ruido y sumergirse en un paisaje de bosques nublados. Es el lugar perfecto para quienes disfrutan del avistamiento de aves y de caminatas tranquilas por la naturaleza. Este destino es ideal para los que buscan un turismo más responsable y un contacto real con el entorno. Las Piedras de Santo Doming Si eres amante de la historia y la arqueología, no puedes dejar de visitar las Piedras de Santo Domingo, ubicadas en Mongua. Se trata de un sitio con grabados rupestres hechos por los antiguos pobladores de la región, una ventana al pasado de las civilizaciones indígenas. Más que un atractivo turístico, es un lugar que nos recuerda la riqueza cultural de Boyacá y la necesidad de proteger nuestro patrimonio. Reserva Pueblito Antiguo A las orillas del Lago de Tota, en el municipio de Cuítiva, se encuentra la Reserva Pueblito Antiguo, un espacio dedicado a la conservación de los ecosistemas altoandinos. Es el destino perfecto para caminatas ecológicas, disfrutar de vistas increíbles y aprender sobre la biodiversidad de la región. Si buscas un plan tranquilo y en armonía con la naturaleza, esta reserva es una opción imperdible. Las Salinas de Mongua Aunque muchos no lo saben, en Mongua se extrae sal de manera artesanal desde hace siglos. Las Salinas de Mongua no solo son un lugar de producción, sino también un testimonio de la historia y el trabajo de generaciones. Es un sitio ideal para conocer de cerca una tradición que ha sido fundamental en la economía y cultura local. La Provincia de Sugamuxi es mucho más que paisajes hermosos; es historia, cultura y naturaleza en su máxima expresión. Cada rincón guarda un secreto por descubrir, una experiencia por vivir y una historia por contar. Si estás buscando un destino que te sorprenda, con paisajes únicos y lugares llenos de historia, Sugamuxi te espera con los brazos abiertos.

El Tren de la Vida y la Esperanza regresa en Semana Santa a Boyacá

Tren de la Vida

El Tren de la Vida y la Esperanza recorrerá Sogamoso, Nobsa, Corrales y Paz de Río durante Semana Santa, ofreciendo a turistas y habitantes una experiencia cultural, religiosa y turística única, con ferias gastronómicas, actividades tradicionales y el novedoso Viacrucis Ferroviario. Una experiencia única para turistas y habitantes de la región se vivirá nuevamente en Semana Santa con el regreso del Tren de la Vida y la Esperanza, una iniciativa de la Fundación Acerías Paz del Río que busca promover el turismo, la cultura y la tradición religiosa en Boyacá. Este ferrocarril histórico, considerado el único tren eléctrico del país, recorrerá durante la Semana Mayor los municipios de Sogamoso, Nobsa, Corrales y Paz de Río, ofreciendo un viaje inolvidable a través de los paisajes y la riqueza cultural del departamento. Catalina Devia Gutiérrez, directora de la fundación, destacó la importancia de este evento para la comunidad y la economía local: “Semana Santa es una fecha muy especial para nosotros, y nos estamos preparando para ofrecer una experiencia cultural, religiosa y turística inolvidable. Este es el único tren eléctrico del país y recorre paisajes hermosísimos. Este año, por primera vez, partiremos desde Sogamoso, con el propósito de seguir creciendo poco a poco con nuestro proyecto”, afirmó Devia. Itinerario del Tren de la Vida y la Esperanza Los viajes iniciarán el miércoles 16 de abril, con recorridos que permitirán a los visitantes conocer las tradiciones religiosas y gastronómicas de cada municipio: • Miércoles: Salida de Sogamoso a Nobsa. • Jueves: Trayecto Sogamoso – Corrales, donde los viajeros podrán disfrutar de la feria gastronómica tradicional de Jueves Santo. • Viernes: Salida desde Nobsa con destino a Paz de Río, donde se presentará la puesta en escena teatral Semana Santa en Vivo, un espectáculo cultural y religioso. • Sábado: Última jornada del tren, saliendo desde Sogamoso, con diversas actividades en cada estación. Este año, el evento contará con una novedad especial: el Viacrucis Ferroviario, una experiencia de reflexión y espiritualidad dentro del tren. “Cada municipio se ha preparado con escenografías y actividades especiales para que los turistas vivan una experiencia única e inigualable. Además, por primera vez en la historia de nuestro recorrido, realizaremos el Viacrucis Ferroviario, donde los pasajeros podrán rezar y reflexionar en cada estación del tren”, explicó Devia. También le puede interesar: Cómo Organizar tu Viaje Usando Plataformas Digitales Dinamización económica y oferta gastronómica El Tren de la Vida y la Esperanza no solo busca fortalecer el turismo en Boyacá, sino que también se ha convertido en una iniciativa para impulsar la economía local. “Recordemos que este proyecto nace de la Fundación y de nuestro equipo de responsabilidad social, con el objetivo de dinamizar la economía local. En cada municipio tendremos ferias de emprendedores, artesanos y muestras gastronómicas, para que los visitantes disfruten de lo mejor de cada región”, agregó la directora de la fundación. Aunque dentro del tren no se venderán productos, en cada estación los turistas podrán disfrutar de ferias artesanales y gastronómicas organizadas por emprendedores locales, donde encontrarán una amplia oferta de productos típicos y artesanías. Venta de tiquetes y precios del viaje Los tiquetes ya están disponibles a través de Ticket Shop, aliado de la fundación, y en dos puntos de venta físicos: • Sogamoso. Estación Fernández, barrio Nazaret, Paz de Río. Los precios de los recorridos son los siguientes: • Ruta corta (Sogamoso – Nobsa – Corrales): $35,000 por persona, ida y regreso. • Ruta completa (Sogamoso – Paz de Río, 82 km): $45,000 por persona, ida y regreso.

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