La iluminación es un aspecto clave en cualquier hogar, pero a veces no le damos la suficiente importancia que merece. Más allá de simplemente «iluminar», la luz puede transformar por completo la sensación de un entorno. Un ambiente bien iluminado puede hacer que una habitación se sienta más acogedora, más grande e incluso más elegante, mientras que una mala iluminación puede hacer que el mismo espacio luzca frío, pequeño o poco atractivo.
Si estás pensando en darle un cambio a tu hogar sin hacer grandes remodelaciones, empezar por la iluminación puede ser la clave. Aquí te contamos cómo aprovechar la luz a tu favor para mejorar cada rincón de tu casa.
Los tres tipos de iluminación que necesitas en casa
No basta con poner una lámpara en el techo y esperar que la habitación se vea espectacular. La clave para un espacio equilibrado está en combinar diferentes tipos de luz.
Iluminación general: Es la luz principal de la habitación, la que permite ver con claridad. Se consigue con lámparas de techo, plafones o luces empotradas.
Iluminación puntual: Se usa para destacar zonas específicas, como una lámpara de escritorio para trabajar o luces debajo de los gabinetes en la cocina.
Iluminación ambiental: Es la que le da personalidad al espacio. Puede ser una lámpara de pie en la sala, luces indirectas en el dormitorio o incluso velas.
Usar estos tres tipos de iluminación en conjunto hará que tu hogar luzca más armonioso y funcional.
Cómo usar la luz para hacer que un espacio luzca más amplio
La iluminación también puede ayudarte a jugar con la percepción del tamaño de una habitación.
Si el espacio es pequeño: Usa luces blancas o neutras y evita las sombras marcadas incluso puedes colocar luces en los rincones para dar una sensación de mayor amplitud.
Si el espacio es grande: Combina distintos puntos de luz para que no se sienta vacío o frío. Las lámparas colgantes y las luces cálidas ayudan a crear ambientes más acogedores.
Luz cálida vs. luz fría: ¿cuál elegir?
No todas las luces generan el mismo efecto. La temperatura de la luz afecta la forma en que percibimos un espacio y hasta nuestro estado de ánimo.
Luz cálida: Tiene un tono amarillo y es perfecta para zonas de descanso, como la sala o el dormitorio. Aporta una sensación de calidez y tranquilidad.
Luz fría: Es más blanca o azulada y se usa en espacios donde se necesita concentración, como la cocina o la oficina. Da una sensación de frescura y energía.
Cómo iluminar cada habitación
Cada espacio de la casa tiene necesidades distintas, por lo que es importante elegir la iluminación adecuada para cada uno.
Sala: Usa una luz general suave y combínala con lámparas de pie o de mesa para dar calidez.
Cocina: Aquí necesitas luz clara para trabajar sin problemas. Las luces bajo los gabinetes son un gran complemento.
Dormitorio: Lo mejor es optar por luces cálidas y regulables. Las lámparas de noche con luz tenue ayudan a crear un ambiente más relajante.
Baño: Asegúrate de que la iluminación sea suficiente, sobre todo en la zona del espejo, para evitar sombras molestas.
La iluminación no solo sirve para ver, también define la atmósfera de tu hogar. Con los tipos de luz adecuados y una distribución estratégica, puedes hacer que cada espacio se sienta más cómodo y acogedor.